martes, 2 de abril de 2013

De aquel viaje que hicimos a Portugal para jugar al rugby

(De izqda a dcha.) Guille, Katrina, el Escocés, Moreno, el Portugués y Juan. 
(Abajo) Krofman, Alex 'Canijo' Sanz, Hervás 'Fabregas' y Dani.
Topo estaba emborrachándose.
Desde que uno pisara por primera vez la facultad que da nombre a este equipo no se había visto jamás un ejercicio tan descarado del infame arte del postureo. Y nosotros sin llevar a Telmo. Tavira resultó ser un foco de infección en el que horteras cachas con camisas de baloncesto de equipos a los que jamás vieron jugar compartían espacio con sujetos de gafas sin cristales y de colores estridentes. Capaces de quitarse la camiseta sin descolocarse sus ya de por si ladeadas gorras de rejilla, el mal tiempo no fue inconveniente para que todos aquellos pseudo hercúleos de mercadillo dieran rienda suelta a su estratosférico ego. Otros, al mismo tiempo que berreaban “yo soy español, español, español”, dejaban constancia de que jamás tuvieron que salir del pueblo del que salieron.

La pérgola horas antes de ser arrasada por Hurraquel Katrina.
A ritmo de un incesante Harlem Shake, nuestra expedición se asentó en el que sería su hogar durante los siguientes días. Pronto se ganaron el reconocimiento de los allí reunidos pues hicieron patente su compromiso para con la fiesta y el deporte. En especial para la primera, donde algunos de ellos se desenvolvieron con especial inspiración. Por otro lado, la presencia de un Jesucristo de saldo como nuevo miembro de la comitiva no hizo más que aumentar el misticismo de un grupo, en el que los civiles Pape y Diego demostraron sus nulas aptitudes para el deporte, pero no para con el ron.

Elevado a categoría de deporte de élite el concepto del tercer tiempo, los chicos del Ocean se paseaban con insultante desprecio por su salud a lo largo y ancho de las instalaciones del evento lúdico-deportivo de Tavira. Era tal su implicación para con la fiesta que algunos de ellos pronto se canjearon el aplauso y reconocimiento de las cerca de cuatro mil personas allí reunidas. Era el caso de Pablo Krofman, agasajado y vitoreado en la pista de baile, en la playa y en cualquier otro lugar de la recogida isla portuguesa. Su procaz lema "hoy follamos con gordas" fue acogido con gran entusiasmo por los borrachos allí reunidos y se convirtió en el cantar de gesta de todos aquellos que carecen de remilgos a la hora de encamarse. Del mismo modo, su participación en esa suerte de batalla campal playera conocida como 'vale tudo' le convirtió en leyenda.

La escasa alimentación y la precariedad del descanso durante esos días no hicieron mella en el espíritu del equipo. Sobrealimentados de magdalenas y diversas bebidas espirituosas, solo el efecto narcótico de las sillas plegables de sus vecinos conseguía domar en momentos de flaqueza el espíritu de alguno.

Así picaba, así, así. Así picaba que yo le vi.
Llegamos incluso a jugar al rugby. Tras ganar el torneo, el balonmano se antojó una excusa perfecta para no dormir por las mañanas. Con el doblete como objetivo, el triplete dejó de ser posible cuando todos optaron por no levantarse a disputar la siguiente ronda de petanca, se llegó a la final de balonmano con más o menos brillantez. Sin embargo, en el partido definitivo se sucumbió. Con la competición del oval en el bolsillo, la manera de encarar el deporte que en su día encumbrara al sinvergüenza real de Urdangarin fue dispar entre los miembros del equipo. Mientras que el grueso ansiaba coronarse, Guille Fendetestas optó por otro tipo de laureles. Incansable con su pico y con su pala, y haciendo caso omiso de los primeros movimientos serpenteantes de su presa, sus tenaces maniobras, propias del mejor de los siete enanitos de Blancanieves, eran replegadas con éxito mientras sus compañeros disputaban el que ya es el segundo deporte de CC. Info. Otro como Alex Sanz lo tomaron como trampolín de cara a saltar sobre una de las ganadoras del balonmano femenino. 

Mister Tavira 2013 y Mister Simpatía
Hubo también momentos de reivindicación. Ante la negativa de la organización de dejar que Krofman subiese al escenario a desnudarse, el equipo decidió iniciar una poética huelga silenciosa de pantalones, llegando a ser secundada por personas ajenas al club.

No se puede poner punto y final a esta reseña sin mencionar a los chavales de Bonanza, rivales en la final de rugby, vecinos de camping y amigos de melopeas. Ilustres como Purito, Manu, Fifteen o Teen Wolf, cuya frase "da de comer a estos chicos" jamás será olvidada, fueron otras de las sensaciones que siempre recordaremos de Tavira. Su reto de ir a Zaragoza queda pendiente, como la invitación de nuestros hermanos de Rugby Lorca.




2 comentarios:

  1. jajaja muy bueno! las condiciones en las que salgo en la foto con krof no permiten que lo comparta en face pero me gusta, me gusta mucho jajaja

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  2. como me jode no poder ir este año increíble espero poder volver a ser mister tavira jajajja

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